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lunes, 10 de marzo de 2008

DESPUÉS: "Patas Arriba" Eduardo Galeano.


Para realizar el después del libro que trabajamos en clase (Patas Arriba. La Escuela del Mundo al Revés Eduardo Galeano, 1998), a continuación voy a profundizar sobre el contenido de dicho libro.

Al principio del libro se exponen unas palabras de Al Capone, uno de los mafiosos más famosos de toda la Historia de Estados Unidos: "Hoy en día, ya la gente no respeta nada. Antes, poníamos en un pedestal la virtud, el honor, la verdad y la ley... La corrupción campea en la vida americana de nuestros días. Donde no se obedece otra ley, la corrupción es la única ley. La corrupción está minando este país. La virtud, el honor y la ley se han esfumado de nuestras vidas."

Según Galeano "la economía mundial es la más eficiente expresión del crimen organizado. Los organismos internacionales que controlan la moneda, el comercio y el crédito practican el terrorismo contra los países pobres, y contra los pobres de todos los países, con una frialdad profesional y una impunidad que humillan al mejor de los tirabombas. (...) Los pistoleros que se alquilan para matar realizan, en plan minorista, la misma tarea que cumplen, en gran escala, los generales condecorados por crímenes que se elevan a la categoría de glorias militares. (...) Los violadores que más ferozmente violan la naturaleza y los derechos humanos, jamás van presos. Ellos tienen las llaves de las cárceles. En el mundo tal cual es, mundo al revés, los países que custodian la paz universal son los que más armas fabrican y los que más armas venden a los demás países; los bancos más prestigiosos son los que más narcodólares lavan y los que más dinero robado guardan; las industrias más exitosas son las que más envenenan el planeta; y la salvación del medio ambiente es el más brillante negocio de las empresas que lo aniquilan. Son dignos de impunidad y felicitación quienes matan la mayor cantidad de gente en el menor tiempo, quienes ganan la mayor cantidad de dinero con el menor trabajo y quienes exterminan la mayor cantidad de naturaleza al menor costo."

Este libro plantea que en muchos casos y en ciertos países las cárceles están llenas de presos por ser pobres o por actos a los que la pobreza les empuja, mientras los que mantienen esa pobreza no sufren condena: "Los presos son pobres, como es natural, porque sólo los pobres van presos en países donde nadie va preso cuando se viene abajo un puente recién inaugurado, cuando se derrumba un banco vaciado o cuando se desploma un edificio construido sin cimientos." Como el caso del terremoto de México en Septiembre de 1985 que provocó unos 5000 muertos.

Este autor también critica el modo de vida de la sociedad de consumo que obliga a obtener rápidos beneficios en poco tiempo: flores sometidas a luz continua para rápido crecimiento, gallinas a las que se les reduce las horas de sueño y se las hace vivir hacinadamente sin casi poder moverse... y gente que vive siempre deprisa y corriendo pero sin hacer deporte alguno... por que además "en la última década la «obesidad severa» ha crecido casi un 30% entre la población joven de los países más desarrollados", especialmente Estados Unidos en el que la obesidad ya se trata como epidemia nacional, y determinados tratamientos son subvencionados por el gobierno. "El país que inventó las comidas y bebidas light, la diet food y los alimentos fat free tienen la mayor cantidad de gordos del mundo. El consumidor ejemplar sólo se baja del automóvil para trabajar y para mirar televisión. Sentado ante la pantalla chica, pasa 4 horas diarias devorando comida de plástico. Triunfa la comida basura disfrazada de comida: esta industria está colonizando los paladares del mundo y está haciendo trizas las tradiciones de la cocina local" en la "globalización de la hamburguesa, la dictadura de la fast food". Así no es extraño que la empresa McDonald's sea denunciada por ecologistas y activistas antiglobalización, acusando a esta empresa de "maltrato a sus trabajadores, la violación de la naturaleza y la manipulación comercial de las emociones infantiles: sus empleados están mal pagados, trabajan en malas condiciones y no pueden agremiarse; la producción de carne para las hamburguesas arrasa los bosques tropicales y despoja a los indígenas; y la multimillonaria publicidad atenta contra la salud pública, induciendo a los niños a preferir alimentos de muy dudoso valor nutritivo" y de un altísimo contenido en grasa como lo han demostrado multitud de estudios.

Pero, en este mundo al revés, la publicidad hace milagros y los anuncios embaucadores saben cómo conseguir que el consumidor obedezca sus dictámenes. "En el último cuarto de siglo, los gastos de publicidad se han duplicado en el mundo. Gracias a ellos, los niños pobres toman cada vez más Coca-Cola y cada vez menos leche, y el tiempo de ocio se va haciendo tiempo de consumo obligatorio. (...) No se sabe si en Navidad se celebra el nacimiento de Jesús o de Mercurio, dios del comercio, pero seguramente es Mercurio quien se ocupa de bautizar los días de la compra obligatoria: Día del Niño, Día del Padre, Día de la Madre, Día del Abuelo, Día de los Enamorados"... "La cultura de consumo, cultura de lo efímero, condena todo al desuso inmediato. Todo cambia al ritmo vertiginoso de la moda, puesta al servicio de la necesidad de vender." La televisión tiene aquí su parte de responsabilidad y "el televisor es inocente del uso y del abuso que se hace de él", aunque los medios dicen siempre lo mismo: "Ofrecemos a la gente lo que la gente quiere, y así se absuelven; pero esa oferta, que responde a la demanda, genera cada vez más demanda de la misma oferta: se hace costumbre, crea su propia necesidad, se convierte en adicción. En las calles hay tanta violencia como en la televisión, dicen los medios; pero la violencia de los medios, que expresa la violencia del mundo, también contribuye a multiplicarla. (...) Trabajar, dormir y mirar la televisión son las tres actividades que más tiempo ocupan en el mundo contemporáneo. Bien lo saben los políticos. (...) Gracias a la pantalla chica, el presidente Reagan pudo convencer a la opinión pública norteamericana de que Nicaragua era un peligro. Hablando ante el mapa del norte de América, que progresivamente se iba tiñendo de rojo desde el sur, Reagan pudo demostrar que Nicaragua iba a invadir los Estados Unidos, vía Texas."

Para terminar, el libro reivindica "El derecho al delirio", el derecho a soñar con un mundo mejor, aunque posiblemente eso no sea posible. Podemos elegir algunos versos de ese sueño:

  • "En ningún país irán presos los muchachos que se nieguen a cumplir el servicio militar, sino los que quieran cumplirlo;"
  • "Los economistas no llamarán nivel de vida al nivel de consumo, ni llamarán calidad de vida a la cantidad de cosas;"
  • "El mundo ya no estará en guerra contra los pobres, sino contra la pobreza, y la industria militar no tendrá más remedio que declararse en quiebra;"
  • "Nadie morirá de hambre, porque nadie morirá de indigestión;"
  • "Los niños de la calle no serán tratados como si fueran basura, porque no habrá niños de la calle;"
  • "La educación no será el privilegio de quienes puedan pagarla;"
  • "La policía no será la maldición de quienes no puedan comprarla;"
  • "La justicia y la libertad, hermanas siamesas condenadas a vivir separadas, volverán a juntarse, bien pegaditas, espalda contra espalda;"
  • "La Iglesia también dictará otro mandamiento, que se le había olvidado a Dios: «Amarás a la naturaleza, de la que formas parte»;"

El libro termina diciendo que se terminó de escribir en agosto de 1998 y que para saber cómo continúa basta con seguir las noticias de cada día. Y efectivamente, así es. Después de 1998 han ocurrido multitud de cosas que sin duda deberían estar incluidas en un libro así. Por ejemplo, tras los atentados del 11 de Septiembre, Estados Unidos se autoproclamó como líder en la lucha contra el terrorismo y, sin embargo ha cometido actos terroristas por los que no sólo no ha sido condenado sino ni siquiera juzgado. No nos referimos a los ataques contra Afganistán, de lo que mucho se podría decir, sino por ejemplo a la matanza que durante esa guerra produjeron en una cárcel de ese país atacándola incluso con bombas desde el aire y matando a todos los reclusos que no tuvieron ninguna oportunidad. Estados Unidos también pretende ser firme defensor de los Derechos Humanos y se vanagloria de ser un defensor de los mismos y, sin embargo, a los detenidos de Afganistán, presuntos terroristas, los torturó en la base de Guantánamo sin haber sido sometidos a juicio justo. Tampoco podemos olvidar que en ese país se sigue aplicando la pena de muerte. Otro ejemplo, en la invasión de Israel a Palestina de 2002, con el exterminio que las tropas judías ejercieron destrozando multitud de ciudades, Estados Unidos tardó mucho tiempo en condenar la invasión y, en todo caso, no tiene sentido que exigiera a Israel que se retirara de los territorios ocupados a la vez que le vende armas a gran escala.

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